El primo Pons tiene un tono triste. La bondad del coleccionista y músico Pons junto con su compañero Schmucke luchando contra la avaricia sin límites de Cibot, Fraiser y Magus. Balzac se deleita con la descripción de rostros, mobiliario y (en este novela por sobre otras) ropas que transmiten imágenes increíbles de los personajes. La avaricia y como las condiciones hacen a ladrón están descriptas con tal detalle, que lo que parece una denuncia moral es fácil de asir por el lector en su naturalidad y el camino a través de la extorsión personal infinita. Sorprende lo mucho mejor escrita que La prima Bette y menos enrevesada (seguramente hay algún estudio especializado que las compare) siendo que La prima Bette fue escrita entre Agosto y Septiembre de 1846 y El Primo Pons entre julio y mayo de 1847. Quizás la diferencia del tiempo d escritura haya dado como resultado una escritura más cuidada y elaborada. Según la introducción de Gabriel Oliver la correspondencia con la condesa Hanska es muy iluminadora en este sentido ("desarreglo espiritual" de Balzac).
Cibot quiere vengarse del cuidado que le ha dedicado a Pons y Schmucke tomando como una "injustica" no recibir nada de la futura herencia. Así Balzac describe con pelos y señales la insistente actitud de la portera con el fin de quedarse con los bienes de Pons después de su muerte.
La actitud de coleccionista también esta reflejada en la novela, con los celos y competencias que existen entre los diferentes coleccionista respecto del contenido de sus respectivas colecciones. La manía del coleccionista esta excelentemente narrada.
La otra cara de una sociedad que se mueve por la ambición y el interés es la amistad entre iguales de Pons y Schmucke donde se resguardan ciertos valores con los que choca una sociedad en estado de putrefacción.
Cibot: hipócrita, rapaz y envilecida son rasgos que parecieran regir las voluntades de la sociedad moderna. Y ahí esta el gran lienzo que Balzac ha dejado reflejado en su literatura, y en particular en esta novela. Una novela que puede retratar los valores del interés personal sin límites que rigen.
Fraiser, el abogado, otro personaje siniestro, rapiñando aquí y allá entre jueces, herederos para poner todas las cartas a su favor. La intriga es su lema al punto de saber sortear las leyes en su impulso de beneficiarse. El crimen no punible parece ser el eje de este personaje.
El primo Pons no es una obra autobiográfica pero seguro los biográficos pueden tener ahí material inagotable para su trabajo.
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