La casa del gato que pelotea. Balzac

Sorprende de entrada ya encontrar un estilo "Balzac" en una de sus primeras obras del año 1829. La descripción de ropas, caras y esa obsesión por el lugar del dinero en la construcción social de todas las instituciones, sobre todo en una en la cual es más negada: el matrimonio. 

La tensión entre el amor arreglado y el sentimiento que une al joven pintor Teodoro de Sommervieux prevalece cuando Agustine astutamente convence a su padre quien estaba convencido que el matrimonio debería darse con alguien de la misma clase. "..que si un marido hablaba griego y su mujer latín, corrían el riesgo de morirse de hambre" afirma el narrador balzaciano casi como un lema de la contradicción moral que encierra este matrimonio. Por eso, no todo es rosas, como es de esperarse en Balzac. El matrimonio comienza a resquebrajarse y las ilusiones caen al barranco y acá deslumbra Balzac con su comparaciones entre el amor y los tipos de tela (seda).  Todas estas desilusiones que terminan por llevar a Agustine a los 28 años a la muerte. Balzac no se priva de sus frases potentes ni sus comparaciones (que como toda comparación, no es más que otra forma de adjetivas del narrador).

Esta pequeña nouvelle formas parte de la serie de Escenas de la vida privada previa a La comedia Humana. 




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